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El planchado: una auténtica lata
Los números lo demuestran: el planchado es la tarea de la que prescindiríamos con más gusto. Es difícil escapar de ella…¡excepto que te quieras dar de bruces con un armario lleno de trapos! ¿Entonces cómo hacemos para que el cara a cara con la tabla de planchar sea lo más rápido y menos desagradable posible? ¡No busques más: aquí está la respuesta!
Los tejidos no aprecian el calor excesivo. Para ofrecerles el mejor cuidado, es inevitable que utilices el vapor. Al hidratar las fibras, las suavizas y facilitas el planchado. De esta manera, cuanto más elevado es el flujo de vapor, más se nota el efecto de la plancha. De hecho, los procesos como el “vapor iónico” permiten optimizar su acción. ¡Se acabo el pasar varias veces por el mismo sitio! Recuerda: cuanto menos contacto con el calor, más durará tu ropa.
Entre los criterios de eficacia de una plancha debes tener en cuenta el flujo de vapor y la presión. Cuanto más alto es el flujo (g/min), más vapor libera la plancha. Es ideal para hidratar las fibras y suavizarlas. La presión permite facilitar el paso del vapor a través del tejido. De esta manera, una presión superior o igual a 3,5 bares te permitirá planchar sin esfuerzo tus pantalones vaqueros y otros tipos de algodón grueso.
El enemigo número 1 de tu plancha es la cal. ¿El agua de tu comunidad es especialmente dura? Elige un modelo de plancha con sistema de prevención anti cal. Según el modelo, tendrá una cinta anticalcárea desmontable, que deberás cambiar con regularidad, o un sistema anticalcáreo integrado. Elijas lo que elijas, este tipo de sistema permite que la cal no se acumule. Los residuos que se acumulen son eliminados por la función de auto limpiado.
¿Te han invitado a una boda o a un congreso? ¡Llévate tu plancha y estarás impecable! Gracias a su empuñadura plegable o abatible, la plancha no ocupa espacio. Se desliza con facilidad en un bolso de viaje y te sigue a tus desplazamientos. Algunos modelos se venden incluso con una funda para que puedas gradarlos.
¿No quieres tener que rellenar tu plancha cada 15 minutos? Elige un modelo de gran capacidad que puede contener más de 300ml de agua. ¡Ideal para ganar tiempo al planchar!
¿Qué agua utilizo?
Algunos modelos recomiendan usar solamente agua mineral, otros aconsejan que mezcles agua del grifo y agua mineral. Consulta el manual de instrucciones antes de utilizar tu plancha.
Por el contrario, evita utilizar agua de la secadora, agua perfumada o agua destilada.
Cómo planchar una camisa
Antes de empezar a planchar, comprueba bien en la etiqueta la temperatura a la que debes planchar la camisa y desabróchala.
Primera etapa: el cuello de la camisa. Estírala en la tabla de planchar. Pasa la plancha al derecho y al revés, a lo largo, del exterior al interior. Para marcar el pliegue del cuello, dóblalo y plánchalo.
Sigue con los hombros. Para esta etapa tienes que meter la camisa por la punta de la tabla de planchar. Después, plánchala bien estirada, con las costuras de los hombros siempre paralelas a tu tabla.
¿Aún no te has perdido? Pasemos a las mangas. Plancha primero los puños utilizando el mismo sistema que con el cuello, intentando evitar los botones.
Para la manga, coloca el puño hacia arriba y estírala. Plancha insistiendo en los bordes del cuello hacia la manga. Repite la operación en sentido inverso.
El mayor problema es la parte delantera de tu camisa. Colócala de forma que el cuello quede del lado de la punta de la tabla de planchar. Empieza planchando la parte de los botones y los bolsillos. A continuación, plancha el resto para quitar las arrugas que queden.
Termina por la espalda. Coloca tu camisa estirada y las mangas hacia el exterior. Plancha desde la parte baja hacia los hombros y mueve la camisa para llegar a todas las esquinas. ¡Terminaste!
Solo te queda colgar tu camisa en una percha con el primer botón abrochado. Se acabó. Con este método tardarás unos 5 minutos en planchar una camisa.
¿Debo cambiar mi tabla de planchar si utilizo un centro de planchado?
Debes respetar algunas precauciones ya que la eficacia de tu centro de vapor depende en gran medida de la tabla de planchar que utilices.
La regla de oro: permitir que el vapor traspase la ropa. Para una eficacia óptima es imprescindible que tu tabla de planchar tenga una bandeja perforada. Esto evitará que tu ropa esté mojada. Además, un centro de planchado pesa más que una simple plancha, así que debes tener cuidado de que tu tabla sea estable y sólida.
¿Qué funda elijo?
El tamaño
Lo primero que debes hacer es tomar las medidas de tu tabla de planchar. Si no encuentras fundas de un tamaño adecuado, no te preocupes. Debes saber que existe un tipo de fundas universales dotadas de sistemas elásticos que se adaptan a tu tabla de planchar.
¿Qué material elijo?
Elegir el material de tu funda no es sencillo. Existen 2 tipos de fundas:
Forrada: se trata de una capa de algodón reforzado por un forro (sencillo, doble o triple). ¿Su ventaja? La funda captura mejor el calor de la plancha y absorbe la humedad para evitar que tu ropa se moje.
Metálica: está compuesta por algodón revestido con hilo de aluminio. Este hilo de aluminio refleja el calor de la plancha para que el planchado sea más fácil y más rápido. Ganarás mucho tiempo.
El truco
Para los despistados que olvidan desenchufar la plancha o para aquellos que la dejan apoyada en la suela para ir más rápido, existen fundas con una banda ignífuga. Está especialmente concebida para resistir más tiempo al calor de tu plancha. Podrás cambiar la funda con menos frecuencia.
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