La etiqueta energética de un electrodoméstico cumple la función de informar a los usuarios del consumo que hace el aparato. Suele mostrar los valores de la energía y agua que necesita para el correcto cumplimiento de sus funciones y dependiendo del electrodoméstico, estos valores serán diferentes, midiendo unas características concretas y específicas.
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Sobre qué cosas informa
Entró en vigor en 1995, cuando la Unión Europea vio necesario regular e informar sobre las características técnicas de los electrodomésticos. Se permitía así ahorrar a los usuarios y mantenerlos al tanto sobre los valores medio ambientales que cada aparato tenía.
A partir del 1 de enero de 2012 entrará en vigor una nueva etiqueta que añade una serie de características nuevas y manteniendo las ya existentes.
Los electrodomésticos tienen en sus etiquetas elementos comunes a todos, como la escala de clase energética o el nivel de ruido. Además, cada uno posee unos valores concretos que se adecuan a las características propias.
La eficiencia de un frigorífico o un congelador se basa en el consumo de energía, siendo unos de los electrodomésticos que más electricidad gastan al estar las 24 horas funcionando. Las cocinas, los hornos y los aires acondicionados también se miden por consumo eléctrico.
La lavadora, secadora y lavasecadora no sólo cuentan con la clase energética respectiva al consumo de luz, también de agua y de eficacia en sus funciones más importantes, las de lavado, secado y centrifugado. En el lavavajillas se mide tanto el consumo de energía como el agua que utiliza en cada ciclo.
La etiqueta identificativa es obligatoria, estando reglamentado por normativa de la Unión Europa. Todos los fabricantes tienen la responsabilidad y la obligación de identificar sus productos con su correspondiente información sobre el consumo de recursos.
La importancia de poner atención a la etiqueta energética de un electrodoméstico reside en el ahorro. Por un lado, nuestras facturas se verán beneficiadas, tanto del agua como de la luz, ahorrando dinero y compensando a largo plazo lo que pagamos de más por un electrodoméstico con una clase energética alta.
Y por otro lado, no debemos olvidar la colaboración con el medio ambiente. Aunque parezca que nuestro consumo individual no cambia nada, un pequeño ahorro de energía y agua en cada hogar se traduce en una aportación importante a nivel colectivo.
Qué es la clase energética
Los electrodomésticos, tanto grandes como pequeños, suelen llevan una letra identificativa que a veces no sabemos muy bien que significa. Esta letra se refiere a la clase energética del producto, es decir, si consume mucha energía o poca.
Existen siete clases energéticas dependiendo de la eficiencia del electrodoméstico. Van desde la A hasta la G y cada una de ellas lleva también un color que las hace más reconocibles.
- La clase energética más eficiente es la A (verde oscuro). Conlleva un consumo de energía muy bajo, por debajo del 55%.
- Le siguen las clases B (verde) y C (verde pálido), que aunque también se consideran de consumo de energía bajo, gastan entre un 55% y un 75% la clase B y un 75% y un 90% la clase C.
- Las clases energéticas de consumo medio son las D (amarillo) y las E (naranja claro). El porcentaje de energía que gastan se encuentra entre el 95% y el 110%.
- Las clases F (naranja oscuro) y G (rojo) son las menos eficientes en cuanto a consumo de energía. La primera clase energética, la F, consume entre un 110% y un 125% y la segunda, la G, gasta más del 125%.
Tener electrodomésticos con una clase energética se traduce en un ahorro en la factura de la luz, por lo que es aconsejable que se tenga en cuenta como un factor. A veces el precio impide que nos decantemos por un electrodoméstico de alta clase energética, pero con un aparato que tenga una vida útil larga compensa esos euros de más con lo que se ahorra en electricidad.
Además, estamos contribuyendo al medio ambiente, porque la eficiencia no sólo se aplica a la electricidad, si no también al agua, como por ejemplo, en el caso de los lavavajillas y las lavadoras. Cuando el electrodoméstico también ahorra en este aspecto, va indicado con un símbolo más (+).
La nueva etiqueta energética, ¿qué cambios conlleva?
El pasado año 2010, la Unión Europea aprobó la implementación de una nueva etiqueta energética que modifica en varios aspectos a la actual.
Estéticamente presenta un nuevo diseño pero pretende ser igual de funcional para hacer de su lectura una tarea sencilla y rápida. Mantiene además varios elementos que ya aparecen en la actual, como la escala de clasificación con las siete clases energéticas y sus respectivas letras y colores identificativos.
Los mensajes adicionales que aparecen en la nueva etiqueta energética son:
- Tres clases adicionales que se sumam a la escala ya conocida. Son A+, A++ y A+++.
- El idioma ya no será un impedimento, pues los textos indicativos se sustituyen por pictogramas, haciéndolo entendible para cualquier ciudadano europeo esté donde esté.
- Hasta ahora, la base y los datos se ponían por separado, ahora se juntan en la etiqueta entera.
- El nivel de ruido, aunque ya aparecía en las etiquetas, es ahora un dato obligatorio, sobre todo para aquellos electrodomésticos en los que es un factor importante.
De momento, el etiquetado nuevo está completamente reglamentado para los frigoríficos y congeladores, lavadoras y lavavajillas, mientras que para las secadoras, lavasecadoras y hornos no se han publicado aún las directrices definitivas a seguir.
Poner la nueva etiqueta será obligatorio a partir del 1 de enero de 2012, estando los fabricantes obligados a distribuirla a todas las compañías minoristas. Desde el pasado mes de diciembre, los fabricantes ya podían utilizar de forma voluntaria la nueva etiqueta para ir acostumbrando a los consumidores y pasar así el período de transición entre una y otra.
¿Qué significan los distintos símbolos en la etiqueta de la ropa?
Para el lavado:
Este símbolo indica que puedes lavarla a máquina. También puede indicar una temperatura máxima de lavado (de 30º a 95º). Si el símbolo viene subrayado, debes elegir un ciclo delicado con centrifugado reducido.
Este símbolo indica que puedes usar lejía para lavar tu ropa en la lavadora. Si está tachado, te prohíbe la cloración.
Este símbolo representa la limpieza en seco. Las letras A, F o P indican el tipo de disolvente que debes usar (letras destinadas a los profesionales de la limpieza).
Para el secado:
Este símbolo significa que puedes usar secadora. La potencia de secado se representa con puntos:
- 1 punto = secado suave (60º máximo).
- 2 puntos = secado fuerte permitido.
Si está tachado, no debes utilizar secadora.
Este símbolo indica que debes secar la prenda en horizontal para que no se deforme.
Este símbolo indica que puedes colgar tu prenda en una percha o un tendedero.
Para el planchado:
Este símbolo indica que la prenda se puede planchar. La temperatura de la plancha se representa con puntos:
- 1 punto = plancha fría / 110º (acrílico, nylon, seda)
- 2 puntos = plancha caliente / 150º (poliéster, lana)
- 3 puntos = plancha muy caliente / 200º (algodón, lino)
De todas formas, no dudes en consultar el manual de instrucciones de tu lavadora, de tu secadora o de tu centro de planchado. Encontrarás muchas indicaciones para saber qué programa es el más adecuado para cada tipo de prenda que quieras cuidar.
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