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¿Un toque de calor?
¿Tienes una barandilla que se congela en otoño? ¿Tu piso esta frÃo cuando vuelves a casa por la noche? ¿Corres el riesgo de entrar en shock térmico cuando sales de debajo del edredón? Como complemento a tu calefacción central o en entretiempo, puedes sentir la necesidad de calentar tu habitación o tu salón. Un calefactor supletorio hará el ambiente más agradable.
¿Para un estudio o para el salón?
Para una habitación un poco más grande, existen dos soluciones: los calefactores de aire convector o las placas solares. Los calefactores proporcionan un calor suave y su coste es modesto. Un calefactor de aire convector sirve para una habitación de 15 a 20 metros cuadrados.
Las placas solares calientan igual que el sol, de manera muy agradable y especialmente sana. El calor es instantáneo y homogéneo. La ventaja es que reparten uniformemente el calor en la habitación.
Estos dos tipos de aparato suelen ser móviles, se desplazan fácilmente gracias a sus ruedas y sus mangos de transporte. Son prácticas de utilizar y te aportarán rápidamente el confort deseado.
¿Para una habitación?
Para calentar una habitación pequeña (un despacho o la habitación del niño por ejemplo), necesitas un calefactor de aire. Estos calefactores son compactos y liberan un calor inmediato. Existen dos tipos de calefactores:
-  El calefactor de aire clásico: un ventilador envÃa el aire a través de una resistencia.
-  El climatizador cerámico: la resistencia eléctrica calienta la piedra cerámica que desprende un importante calor, a continuación un ventilador propaga el calor por la habitación. ¡En los dos casos, tienes calor instantáneo garantizado!
¿Para el baño?
Con este tiempo, te cuesta levantarte por las mañanas….¡incluso más cuando te imaginas poniendo el pie en los azulejos congelados del baño! Eso será historia si te compras un calefactor de aire especial para el baño. Los modelos adaptados al uso en el baño responden a normas muy precisas. No ocupan mucho espacio y calientan rápidamente.
Algunos modelos son incluso programables. ¡Esto quiere decir que cuando entres al baño, ya estará caliente! Y después para empezar bien el dÃa, una toalla mullida y templada a la salida de la ducha, ¿te tienta? En este caso, consigue un secatoallas. Se pone de pie, no necesita instalación: con enchufarlo es suficiente.
Una tasa de humedad controlada
La calefacción disminuye mucho la tasa de humedad en una habitación. El aire que respiras reseca las mucosas (garganta, nariz). Utilizando un humidificador, la tasa de humedad vuelve a la normalidad. ¡Se acabó la irritación de garganta o la continua sensación de sed! Y sobre todo, es ideal para la habitación del bebé, ya que permite que el pequeño respire bien por la noche ¡y dejar que sus padres disfruten de un sueño sereno y relajante!
Respira aire puro
¡Es cierto que cuando empieza a hacer frÃo, abrimos menos las ventanas para airear el interior! Para respirar un aire puro, puedes utilizar un purificador que filtra el aire de tu habitación. Te garantiza un aire sano gracias a sus filtros HEPA y de carbón activo. Elimina además los olores a humo y a tabaco, la contaminación y los alérgenos. Las personas alérgicas deben estar seguras de que el aire que respiran está libre de polvo y de polen. ¿Sufres una habitación sin ventanas? ¿Una habitación sin ventilación? El purificador es perfecto para usarlo todo el año.
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