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Cuando la leche ya no se sale…
Son las 7:00 y tienes prisa. Pones la leche a calentar a fuego alto. Y ya está, en lo que tardas en ayudar al peque a ponerse el jersey, el contenido del cazo se ha salido… ¡Ya está bien!
Con una vitrocerámica de inducción, basta con activar la mejor potencia de calentamiento gracias a las posiciones de cocción preprogramadas. El minutero electrónico apaga automáticamente la vitro y como la placa se enfría instantáneamente, la leche no se sale. Las teclas de acceso directo permiten intervenir en cualquier momento para bajar la temperatura al instante. Y si se llegase a producir lo inevitable, algunos modelos cortan automáticamente la corriente si se sale un cazo. ¡Qué capacidad de reacción!
Te encanta recibir a tu familia para cenar. Sin embargo, lo que no te gusta es el estrés de los preparativos: elaborar una comida digna de la de tu suegra no es tan sencillo… ¡Se acabaron las carreras para conseguir un entrante, plato principal, postre y todo lo demás!
Con su función de memoria, tu vitrocerámica de inducción se ocupa de todo: la última vez que hiciste una paella, grabó todas las fases de cocción para repetirlas al milímetro en tu velada. El resultado es que el tiempo que habrías pasado vigilando la paellera lo puedes emplear en colocar una bonita mesa e incluso arreglarte.
Y como ya nada te asusta, preparas con antelación la fondue de chocolate (sin baño María ¡sí, sí!) que se conserva con la posición mantener caliente ¡algo que nunca harías con tu antigua encimera vitrocerámica!
Como la producción de calor se realiza sólo en el punto de contacto del recipiente con la vitrocerámica, no hay ningún peligro de quemarse tocando la placa. Además, la vitro se apaga automáticamente en cuanto que quitamos el recipiente… ¡los torpes pueden estar tranquilos!
Pero volvamos al principio de la inducción: como la parte superior de la vitrocerámica sigue fría alrededor de la cacerola, la suciedad y los restos que saltan se secan pero no cuecen sobre la superficie de cristal. Por tanto, nada se pega. Una pasada con la esponja es suficiente para que todo desaparezca. ¡Es demasiado fácil!
¡Su precisión, su reactividad y su rapidez la convierten en la campeona en ahorro de energía, incluso por delante del gas! ¡La vitrocerámica es el doble de rápida y por tanto el doble de ahorradora, tanto de tiempo como de energía! Por tanto, tardas 4 minutos y gastas 225 vatios en cocer 2 litros de agua en una vitrocerámica de inducción, mientras que en un hornillo eléctrico tradicional tardarías algo más de 9 minutos y tendrías un consumo eléctrico de 320 vatios, 8 minutos y 390 vatios para una cocción con gas. Además, como el hornillo se adapta al tamaño de la cacerola, funciona durante menos tiempo y se apaga en cuanto que retiras el recipiente, no hay ninguna pérdida de energía. ¡Se acabó el despilfarro!
¿Te has convencido?
¡Te toca elegir!
Necesitas equipar tu cocina o simplemente tienes ganas de cambiar de vitrocerámica, ya lo has decidido: ¡vas a elegir la inducción! Sin embargo, te está costando elegir: ¿cuántos focos necesito? ¿Hay que elegir los mandos táctiles? ¿A qué funciones quieres dar preferencia? ¡Tus preguntas son más que justificadas! Con una ubicación estándar o no, puedes elegir: vitros compactas o de gran tamaño.
¿Quieres instalar tu vitrocerámica de inducción encima de un armario o de un horno pero no tienes el gen del bricolaje? ¡No te preocupes, Desde dejártelo en casa hasta hacerte el trabajo de encastrado (corte del plan de trabajo) o conectarte la vitro (electricidad), nuestros técnicos se ocupan de todo.
Inducción: lo que opináis de ella
¿Cocinar? ¡No hace falta que sea tan exigente! Preparar la cena todos los días debe ser rápido y fácil. Sois muchos los que recalcáis la reactividad y la potencia de calentamiento de las vitrocerámicas de inducción. La mayoría de vosotros cada vez más la facilidad para mantener la placa.
- «Qué gran invento: cuando la pones en marcha se calienta enseguida y cuando la paras es instantáneo. Con la tecla “booster” se activa en unos segundos. Además no se pega al fondo de la cazuela«. Isabel N.
- «Qué rapidez para todo: subida y bajada de la temperatura, mantenimiento de la placa. Estas ventajas te dan sin duda ganas de ponerte a cocinar«. Begoña T.
- «Con la inducción he encontrado la flexibilidad del gas (generalmente prohibido en los edificios) sin la tarea de la limpieza ya que con pasar una esponja es suficiente. Además es mucho menos pesado en verano ya que la placa no desprende calor residual». Fabiola H.
Se acabaron los desastres en la cocina
Hay unanimidad entre los amantes de la cocina casera. Se suele comparar la vitrocerámica con las cocinas de gas por su reactividad y su flexibilidad, sus numerosas funciones y su concepto de seguridad, lo que convierte a la inducción en la número uno de las cocinas.
- «Ya no fallo ni un plato». Gerardo L.
- «Es perfecta para cocer tanto a fuego fuerte como lento. ¡Gracias a ella hacemos el mejor buey en adobo del mundo!». Andrés T.
- «No he encontrado nada mejor que la inducción. Es práctica y se calienta rápido. La cocción lenta es impecable. Es imposible quemar nada». Ana M.
La guinda del pastel: ¡el ahorro!
Aquellos que tenían aprensión por utilizar la vitrocerámica eléctrica han perdido el miedo al adquirir una. La vitrocerámica de inducción es la más barata con diferencia. Como el foco de calor se adapta al tamaño de la sartén, no hay ninguna pérdida de energía. Añade a eso que los tiempos de cocción se reducen y que la parada de la placa es instantánea. ¡Se acabó el despilfarro!
- «Como antiguo restaurador, estaba acostumbrado al gas por su rapidez y su variedad de ajustes. La vitrocerámica de inducción es tan rápida como el gas y el ajuste de las temperaturas es perfecto. Además solamente consumes el calor que necesitas«. Guillermo D.
¿Y qué hago con mis cazuelas?
¿Tus cazuelas están adaptadas para la inducción? Muchos de vosotros nos habéis hecho esa pregunta. El 80% de las baterías de cocina en España lo están. Para asegurarte de que tus sartenes son compatibles: prueba a pegar un imán. ¡Si se adhiere está bien, puedes usarlas sobre tu vitrocerámica! Si no se adhiere, te damos una solución: el disco relevo. Se pone entre la placa y el recipiente para conducir el calor. ¡Es práctico si no quieres mandar al armario tu cazuela!
- «Ahorro, seguridad, ya no se salen la comida de la cazuela, un calor que puedes manejar en todo momento. Son todo cosas buenas, aunque haya tenido que cambiar mi batería de cocina…un inconveniente del que te olvidas en cuanto que empiezas a utilizar la vitrocerámica«. Silvia M.
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