Un fregadero es la pila de la cocina en la que se lavan los platos. No sólo tiene diferentes modelos, formas y tamaños. Es imprescindible que lleve la toma para el grifo y la salida al desagüe. El fregadero puede constar de una o dos cubetas y puede incluir una zona para escurrir o colocar los objetos de cocina. Cuantos más elementos lleve, mayor será su longitud, por lo que hay que medir bien el hueco en el que se va a instarlar.
El fregadero se suele encastrar en la encimera de la cocina. En la tabla se recorta la foma y la medida exacta del fregadero para su posterior acoplamiento. Es un trabajo que debe estar bien hecho para que no de problemas, sobre todo con fugas de agua.
El fregadero se puede catalogar, además de por el número de sus cubetas, por el material en el que está fabricado.
-  Los más habituales son los de acero inoxidable, los que copan casi la totalidad del mercado por su precio y funcionalidad. Son resistentes a los productos quÃmicos y no se oxida, aunque sà se quedan marcados los arañazos con facilidad. Casi todos los fabricantes tienen un amplio catálogo de fregaderos fabricados en acero inoxidable.
-  Otra opción para nuestro fregadero es el acero esmaltado, que aunque es igual de resistente que el inoxidable, tiene el inconveniente de que pierda la capa de esmalte y se produzcan desconches.
-  El gres y el mármol son las opciones más resistentes para un fregadero. Son materiales muy duros aunque hay que tener cuidado con los productos corrosivos.
-  La cerámica se usa para poner un fregadero más estético que funcional y es poco resistente a los golpes. Se suele usar para casas rústicas, en las que el uso del fregadero no va a ser diario.
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