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Cortar, laminar, rebanar, picar, pelar…
El cuchillo es simplemente indispensable en la cocina, conviene tener varios para sus distintos usos. En un cajón básico, debemos encontrar:
- Un cuchillo de filo corto (el tradicional) de uso cotidiano para pelar verduras, cortar una cebolla, quitar el rabillo a las fresas o partir frutas en trocitos. Si es de cerámica, no necesita ningún mantenimiento (afilado) y te permitirá además cortar tus tomates sin aplastarlos.
- Un cuchillo de filo largo (el cuchillo del chef) para cortar un trozo de carne, laminar las verduras o picar hierbas.
- Un cuchillo de filo flexible (el «filete de lenguado») para cortar en fino y crear fácilmente buenos filetes de pescado.
- Un cuchillo de filo dentado (cuchillo de pan) para cortar pan, tartas o pasteles sin aplastarlos.
El ahorrador: el famoso «pelador de verdura»
Ideal para pelar frutas y verduras en trozos finos, tiene distintas formas. El más corriente, de forma alargada (como un cuchillo), tiene una punta que ahueca para quitar los «ojos» de las patatas. Los modelos con un filo pivotante casan perfectamente con las redondeces de las frutas y las verduras.
Una lámina dentada ofrece una buena adherencia sobre las pieles lisas y/o finas como las de los melocotones, los tomates o los kiwis. Lo más indicado para las verduras largas son las «afeitadoras de verduras» (filo perpendicular al mango). ¡Permiten también cortar en finas láminas las verduras, tagliatelles de verduras o incluso copos de parmesano para tus presentaciones!
Mezclar, batir, emulsionar…
Espátula, batidor, cuchara, cucharón, espumadera… Tantos utensilios que vienen en diferentes materiales, formas y tamaños. La madera y la silicona están particularmente indicadas para no rayar tus recipientes y sobre todo las superficies antiadherentes de tus cacerolas.
El batidor es perfecto para batir las claras a punto de nieve, amasar una pasta de crepes o mezclar un puré y existe con distintas formas. El más clásico, de forma recta y alargada para llegar con más facilidad a los recovecos de las cacerolas, permite batir las salsas y las pastas más densas. Más redondeado, el batidor balón es mejor para batir las claras a punto de nieve o batir pastas ligeras (zabayone, chantilly). Para hacer huevos revueltos o para mezclar tus salsas directamente en la sartén, elige un batidor plano.
Para dar la vuelta: ¿pinza o espátula?
La pinza es útil para dar la vuelta a los alimentos que cocinas en la sartén, a la plancha o en la barbacoa, pero también tienes la ventaja de que permite mezclar y servir. También es perfecta para manejar pequeños trozos (gambas, vieiras…). Para dar la vuelta a los filetes de pescado sin dañarlos, o incluso para servir en el plato, es mejor que utilices una espátula ancha. Para las crepes, una espátula especÃfica, larga y flexible, es indispensable…¡salvo que quieras destrozarlos!
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