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¿Por qué utilizar un humidificador?
Un aire demasiado seco no es bueno ni para ti ni para tus hijos ni para tu casa. Fomenta las enfermedades de las vías respiratorias, seca la piel, las mucosas, las plantas y los muebles. Por eso debes utilizar un humidificador, para mejorar la calidad del aire. Piensa que el aire es demasiado seco cuando la tasa de humedad es inferior al 50%. Esta tasa es ideal cuando se encuentra entre el 50% y el 60%. Para medirla puedes utilizar una sonda de hidrometría o el sensor que viene integrado en el humidificador.
¿Cuándo debo utilizar un humidificador?
Se recomienda utilizar un humidificador especialmente en invierno, cuando la calefacción está a pleno rendimiento. Pero aunque lo utilices, no olvides una regla de oro: ventilar la casa con regularidad, a ser posible en los momentos de menos polución. Algunos modelos te indican la tasa de humedad de la habitación y funcionan hasta que esa tasa vuelve a la normalidad. ¿Quieres refrescar la habitación de tus hijos? Instala en su habitación un modelo especial para niños y déjalo en funcionamiento toda la noche.
¿Dónde lo instalo?
Para instalar bien tu humidificador, te recomendamos que respetes las siguientes reglas:
- Coloca el aparato en mitad de la habitación para conseguir una mejor distribución del vapor.
- No coloques el aparato cerca de una pared o un mueble, la humedad podría dañarlos.
- No coloques el aparato cerca de una fuente de calor (por ejemplo, un radiador).
¿Cómo cuidarlo?
Te recomendamos que sigas estos consejos para cuidar tu humidificador:
- Utiliza solamente agua del grifo, filtrada con una jarra purificadora en caso de necesidad.
- Enjuaga el depósito al menos una vez al día para garantizar su higiene.
- Vacía el agua y sécalo si vas a dejar de usarlo.
- Cambia el filtro anti cal según las recomendaciones del manual de instrucciones.
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