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No calentarás plástico en el microondas
Sería una pena sufrir daños cerebrales por culpa de unas albóndigas con arroz, ¿verdad? Tu madre jamás se lo perdonaría. Pues para que eso no ocurra, no calientes tu tupperware de plástico en un microondas. No hagas caso a esas etiquetas que dicen ser plásticos seguros para usar en microondas: cuando entran en contacto con el calor todos los plásticos liberan dosis tóxicas de Bisfenol A.
En concentraciones altas, este elemento puede provocar problemas neurológicos. Lo mejor que puedes hacer es sacar la comida del tupper y colocarla en un recipiente de vidrio o cerámica. Recuerda: el problema no está en el microondas sino en el plástico del tupperware.
No congelarás la comida después de congelarla
Por la noche dejas descongelando el pescado: tres piezas de lubina porque tienes hambre. Pero a la mañana siguiente, en el momento de meterlas en el tupper te echas atrás, sólo coges dos y la tercera pieza la vuelves a congelar. Error.
La congelación detiene el crecimiento de los microorganismos y bacterias, lo que evita el deterioro. Pero al descongelar el alimento se producen reacciones bioquímicas de deterioro y los microorganismos alterantes y patógenos se desarrollan.
Si volvemos a meter el alimento en el congelador, el alimento vuelve a ser dañado. La textura cambia, al igual que el color y el sabor. Los microorganismos mueren con la congelación y aumentan cuando volvamos a descongelar el alimento por segunda vez.
No guardarás la comida caliente en la frigorífico
Otro error habitual y muy fácil de corregir. Has calentado catorce croquetas y te das cuentas que te has pasado. Lógico. No guardes el tupper o el plato con el alimento caliente. Casi todos los frigoríficos ajustan su temperatura interior según los valores que programes. Si metes algo caliente la temperatura del frigorífico, para compensar, aumentará. Evita el gasto energético innecesario, deja el alimento fuera o cerca de una ventana para que se enfríe de forma natural.
No calentarás tupperware metálicos en el microondas
El último grito de la moda en tupper (sí, hay moda y vanguardia en los tupperware) son esas cajitas de metal oscuro. Algunos le llaman tarteras para pack lunch, otros fiambreras, etc. Pero lo cierto es que son tuppers y sirven para llevar la comida al trabajo. Eso sí, con un toque de estilo y vanguardia que seguro dará que hablar a la hora de comer en la oficina.
Lo que hay que evitar con estos recipientes es meterlos en el microondas. Al igual que el plástico, el metal no es buen amigo del micro. Y no es que vaya a explotar la oficina ni mucho menos, pero el metal es conductor del calor y eso conlleva ciertos contratiempos. Por ejemplo, si el recipiente es muy delgado corre peligro de ser derretido. Por otro lado, como los objetos metálicos sirven para reflejar las ondas magnéticas de alta frecuencia, la comida tardará más en calentarse.
No dejarás la tapa puesta cuando lo calientes
Las prisas y el hambre, dos aliados terribles, pueden hacer que dejes la tapa puesta del tupperware mientras lo calientas. Cuidado, puede estallar. En algunos tuppers, si los cierras a conciencia y luego los calientas, el calor puede hacer que luego no puedas abrirlo. Puedes ser el hazmerreír de la oficina.
Cuidado: lo mejor es que coloques una tapadera por encima, así evitas que salte la comida y que deje olor. No te olvides que hay otros compañeros de oficina que esperan su turno para calentar su comida y no quieren mezclar los olores.
El pecado capital
Pero el peor pecado que puedes cometer es no llamar a tu madre después de comer para decirle lo rica que ha estado su comida.
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