Olores, manchas blancas, platos mal lavados… A menudo los clientes llaman al servicio posventa por problemas con el lavavajillas. No hay que asustarse, la mayoría de las veces ni siquiera son averías. Existen soluciones simples para resolverlo. Te damos las respuestas a las preguntas más frecuentes.
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Consejos generales para evitar problemas
Te ofrecemos otras tres prácticas básicas, esta vez para que tu lavavajillas esté siempre en perfecto estado y cumpla su función sin contratiempos. Siguiendo estos consejos, tu aparato te durará más y evitarás averías. También cuidarás mejor de tu vajilla y de tus utensilios de cocina.
- Repón siempre el nivel de sal y/o abrillantador. Asegúrate que no se hace ningún ciclo sin estos elementos, especialmente si la dureza del agua de tu zona es muy alta.
- Limpia regularmente todos los filtros internos del lavavajillas, los que se encuentran dentro del compartimento de lavado. Pueden quedar restos de comida o suciedad que obstruyan las salidas del agua. No solo pueden causar atascos y averías, también dejan mal olor en el interior del electrodoméstico.
- Vigila el nivel de cal del agua. Utiliza descalcificadores o pastillas contra la cal si es necesario. La cal tiende a dañar los platos y vasos de vidrio o cristal. Si añades el antical a tu lavado cuidarás mejor tus utensilios.
Si cumples estos tres sencillos consejos, notarás la diferencia. Mantendrás en perfectas condiciones el lavavajillas, te durará más tiempo y no te llevarás sorpresas en tus lavados. Se acabaron los arañazos y desgastes en la vajilla.
¿Por qué ya no lava bien mi lavavajillas?
¿Qué hacer?
Varios son los motivos que pueden explicar que los platos salgan mal lavados de tu aparato. Primero limpia el filtro y verifica que los conductos de lavado no estén taponados al nivel de los brazos giratorios. Después, intenta no sobrecargar tu lavavajillas para que los platos no estén pegados entre ellos y no impidan la rotación de los brazos de lavado. Respeta la dosis de jabón necesario que viene en las instrucciones y selecciona el programa de lavado adecuado en función del tipo de vajilla que vayas a lavar y su grado de suciedad.
El lavavajillas es un electrodoméstico dedicado a lavar los platos, esa tarea tan pesada que hay que hacer después de comer. Es muy práctico porque sólo hay que colocar los objetos dentro y cuando se llene, ponerle una pastilla de jabón y darle a un botón.
Cuando hemos utilizado repetidas veces el lavavajillas puede que deje de lavar bien: al abrirlo tras un lavado nos encontramos con que hay piezas de la vajilla que no han quedado bien (rastros de suciedad).
El filtro
La primera atención a prestar recae sobre el filtro del lavavajillas. Echale un vistazo (recurre siempre al manual de instrucciones para entender cómo hacer esta operación, aunque sencilla puede ser complicada para personas no duchas).
El nivel de carga
Otra precaución aconsejable es no sobrecargar el lavavajillas con exceso de platos y cubiertos, de manera que los mismos no estén pegados con poco espacio entre ellos.
Recuerda que como en todo invento mecánico, las aspas de lavado deben poder hacer libremente su trabajo, así que una cacerola u objeto saliente puede limitar su eficacia.
Otra precaución es seguir a pies juntillas las dosis recomendadas por el fabricante de detergente y seleccionar el programa de lavado adecuado en función del tipo de vajilla a lavar (y de su suciedad).
Mi lavavajillas deja marcas blancas en los vasos
Estas marcas pueden deberse a distintos motivos:
- A la calidad de los vasos.
- A la dureza del agua.
Un vaso de mala calidad: una temperatura demasiado alta puede desgastar algunos vasos. Pueden aparecer marcas blanquecinas y por desgracia es irreversible. Para evitar que se rayen, lo mejor que utilices lavavajillas líquido, no en polvo, ya que se disuelve más rápido.
Ajusta el suavizante
Sin embargo, si has podido quitar las marcas lavándolas a mano, comprueba los ajustes del suavizante (en el depósito de sal regeneradora) en tu manual de instrucciones. Esto es muy sencillo y solo tardarás unos minutos. ¡Lo más difícil será encontrar el manual de instrucciones! Haz los ajustes en función de la dureza del agua de tu zona. Puedes preguntarlo en tu Junta de Distrito. Asegúrate de que la tapa del bote de sal regeneradora esté bien apretada.
Llena habitualmente el depósito de sal regeneradora. Si el agua de tu zona tiene mucha cal y los ajustes del suavizante del agua no ha impedido que se deposite la cal en tu lavavajillas, existen limpiadores específicos para limpiar tu electrodoméstico.
Mi lavavajillas seca mal
El secado en un lavavajillas depende de muchos factores:
- Los ajustes del líquido de aclarado, que permite que el agua resbale sobre los platos.
- Tu forma de rellenar el electrodoméstico.
- El tipo de vajillas que utilizas.
- El tipo de programa y la temperatura programada.
- El líquido de aclarado:
- En primer lugar, controla el nivel de líquido de aclarado y llena abundantemente el distribuidor.
- Después, asegúrate de que está activado.
- Por último, si fuese necesario ajusta la dosis del líquido de aclarado.
Si utilizas pastillas 3 en 1, colócalas en el recipiente para lavavajillas para impedir que se disuelva demasiado rápido.
Organiza bien tu lavavajillas
Tazas, boles… ordénalos de forma que el agua no se quede en los recovecos. Al final del lavado te recomendamos que quites primero la vajilla de la bandeja inferior para evitar mojarla al tirar de la bandeja superior.
¿Qué tipo de vajilla utilizas?
Si utilizas platos de porcelana o de cristal se secarán mucho más rápido que los recipientes de plástico. ¿Por qué? Porque estos materiales conducen el calor y se secan más rápido. El plástico forma parte de los materiales aislantes y se secará más despacio.
Mi lavavajillas huele mal
¿Qué hacer?
Pequeños residuos atascados en el filtro o en la junta de la puerta, una fina capa de grasa en las paredes del depósito… Puede ser totalmente normal que a medida que vayas lavando, tu lavavajillas huela mal. ¡Pero un lavavajillas también hay que limpiarlo! No descuides su mantenimiento. Los remedios son simples: vacía el filtro de posibles residuos o limpia el depósito con un producto adecuado.
El lavavajillas es un electrodoméstico dedicado a lavar los platos, esa tarea tan pesada que hay que hacer después de comer. Es muy práctico porque sólo hay que colocar los objetos dentro y cuando se llene, ponerle una pastilla de jabón y darle a un botón.
Los malos olores que pueda desprender un lavavajillas se deben a minúsculos restos de comida atrapados en el filtro o en las juntas de la puerta o grasa atrapada en las paredes de la cuba etc., en fase de descomposición. Así que, con el paso del tiempo y muchos lavados, estos restos pueden desprender mal olor. Es algo normal y no hay que dramatizar.
¿La solución? Limpiar el filtro bajo el grifo en cada ocasión y lavar a conciencia, una vez al mes, el lavavajillas por dentro en las partes más sensibles de vez en cuando: juntas, recodos, recovecos y paredes, si es necesario, apoyándose en limpiadores especiales. Para esto último se puede recurrir a un ciclo de lavado «en vacío».
Una vez limpio, si somos maniáticas de la limpieza y del olor a limpio, podemos colocar un desodorante para lavavajillas en la cesta de los cubiertos, que le dará a la cuba un olor a frescor permanente.
El filtro
La primera atención a prestar recae sobre el filtro del lavavajillas. Echale un vistazo (recurre siempre al manual de instrucciones para entender cómo hacer esta operación, aunque sencilla puede ser complicada para personas no duchas).
Sáca el filtro con cuidado y ponlo bajo el grigo del agua para limpiarlo bien. Eso debería bastar.
Secado por zeolitas en los lavavajillas
Las zeolitas son minerales volcánicos naturales que se forman cuando la ceniza volcánica se deposita en lagos alcalinos. La interacción de la ceniza volcánica con las sales del agua de los lagos produce una alteración de la ceniza produciendo distintos tipos de materiales de zeolita.
Los minerales zeolitas tienen una gran cantidad de aplicaciones comerciales y ambientales. Por ejemplo, se pueden usar en sitios industriales o de residuos para evitar la liberación de elementos contaminantes en el medio ambiente.
Los nuevos lavavajillas empiezan a usar productos naturales en sus procesos de lavado y secado para cuidar al máximo la vajillas y ser más ecológicos. Uno de estos elementos son las zeolitas. Estas pertenecen a una familia de minerales aluminosilicatos con una superficie muy porosa.
De estos orificios del mineral se desprende calor y son capaces de absorber la humedad que detectan a su alrededor. Por ello, estos minerales permiten obtener un resultado de secado muy bueno, incluso en los materiales más complicados como los recipientes de plástico. Se puede encontrar este tipo de secado con zeolitas en marcas como Bosch o Siemens.
¿Cómo actúan las zeolitas en el lavavajillas?
Las zeolitas están situadas en un depósito de la base del lavavajillas. No están a la vista y no llegan a estar en contacto con la vajilla. La humedad de los cacharros en la fase final del aclarado se conduce hacia el depósito de estos minerales y se transforma en aire caliente y seco. Este aire vuelve al interior del lavavajillas transmitiendo este calor a los platos.
Este proceso de secado del lavavajillas con las zeolitas no se mezcla con el aire del exterior, lo que permite obtener la máxima higiene para la vajilla. Como el secado se realiza a baja temperatura, se ahorra más energía y se puede sacar todo del lavavajillas nada más finalizar el programa, reduciendo al máximo todo ese vapor residual que sale del electrodoméstico cuando lo abrimos.
Los minerales zeolitas tienen la misma vida útil que el resto del lavavajillas y no necesitan ningún tipo de mantenimiento adicional, por lo que son muy prácticos y no influyen en el funcionamiento del lavavajillas habitual. Además, se regeneran solas en cada fase de lavado, siendo ecológicas y fáciles de mantener.
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